El fúlbo´ amater

Postulo que el (deporte) amateur es la representación sana y libre del (deporte) profesional. Que la profesionalización es, en general, el congelamiento de la creatividad, del abrirse camino; siendo el sendero cercado que nos permitirá acomodar esta actividad en la red de relaciones capitalistas, vender nuestra fuerza de trabajo como mercancía para ser contratado y participar en competencias deportivas detrás o bajo una institución o empresa. Aquí el flujo de relaciones del poder-hacer (LIBRE en el deporte), queda trastocado por la relación patrón-empleado del contrato establecido.
La exigencia por el resultado (propia de quien persigue la eficiencia de un emprendimiento en el cual ha invertido) en simetría con la sumisión de quien pende de un contrato y no quiere perder su trabajo concluyen en una relación deforme de poder y sometimiento, con gran trasfondo de intereses que muta -como decía- la disposición competitiva sana del deportista en competitiva violenta.

22 de mayo de 2008

Hacer las cosas porque te gusta hacerlas

Hacer las cosas porque te gusta hacerlas...
¿Suena a delito? Puede hacerlo en algunos oídos; en otros "a veces SÍ, y a veces NO se puede", y en otros distintos suena como lo más coherente.

Parece desconsiderado o espontáneo y hasta da la sensación de que no importa nada más; que además de coherente, suena a suficiente.

Quizás el fin esté en el medio. Y el objetivo sea el acto de hacerlo posible.
Algo que en abstracto parezca verdadero y genuino puede ser problemático a la hora de bajarlo a tierra. Pueden aparecer trabas. O ni trabas; de repente el agua es muy espesa para nadar tan sueltito. Aquí la lucha, la alegre lucha.


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Postulo que el (deporte) amateur es la representación sana y libre del (deporte) profesional. Que la profesionalización es, en general, el congelamiento de la creatividad, del abrirse camino; siendo el sendero cercado el que nos permitirá acomodar esta actividad en la red de relaciones capitalistas, vender nuestra fuerza de trabajo como mercancía para ser contratado y participar en competencias deportivas detrás o bajo una institución o empresa. Aquí el flujo de relaciones del poder-hacer (LIBRE en el deportes), queda trastocado por la relación patrón-empleado del contrato establecido.
La exigencia por el resultado (propia de quien persigue la eficiencia de un emprendimiento en el cual ha invertido) y la simetría de ésta con la sumisión de quien pende de un contrato y no quiere perder su trabajo concluyen en una relación deforme de poder y sometimiento, con gran trasfondo de intereses que muta -como decía- la disposición competitiva sana del deportista en competitiva violenta.


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Con esto considero que, como en tantas otras prácticas, el fútbol por el fútbol, como el conocimiento por el conocimiento o el arte por el arte, existen negados en este mundo todavía determinado o determinista.
Y por negado entiendo tambiién "en potencia".
Por esto digo "el acto de hacerlo posible".

El fútbol, como grupo de personas, debe intentar erradicar las relaciones de poder-violencia que lo trastocan y lo deforman. Debe lograr competir contra un rival en el más alto de los rendimientos posibles, pero sabiendo dónde empieza un partido y dónde una guerra. Porque quien empieza una guerra en un partido es porque nunca supo nada de guerras (y yo no quiero saber nada de ellas).

Un equipo es más que eso. Un equipo es un grupo de personas con afinidad, con un objetivo común y diferencias, como en cualquier grupo. Diferencias que se podrán salvar de distintas formas y que a partir de eso y de su comunión alegre podrán ser un flujo de haceres capaces de cualquier cosa.


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Creo que el fútbol también es uno de los escenarios a recrear. Porque hoy lo juegan todos: hombres, mujeres, niños, niñas, ancianos, hombres-mujeres, mujeres-hombres en cualquier parte del mundo. Y creo que podemos erradicar sus aristas sistémicas y dejarlo sanito, libre, competitivo; con sol, luna, colores, abrazos, gritos, danzas y risas.
Creo que es posible, que estamos en un momento intenso de cambio, que somos nosotros los que debemos tomarlo con las manos y sacudirlo. Y porque creo que eso está y tiene que seguir pasando es por qué quiero tanto al Verde Cambalache.


Vamo´ arriba el Verde.
Vamo´ arriba nosotros.



(Por Matías Castro)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Matito, felicitaciones por el texto.


Vamo el verde la concha d la lora eh!

Ale

Anónimo dijo...

vamo arriba!


futbol y comida.




emo

Anónimo dijo...

-
Aguante el futbol como reunion, como descarga, como diversion, como pilar, como deporte.


Grande Tito...!

Espero mas postulados que engrandezcan al grupo de amigos q juegan al futbol juntos y que llamamos Verde Cambalache!
-

Anónimo dijo...

La sonrisa, cuando un verde se extiende sobre nosotros. La belleza, alegre. Esa simpleza, tan nombrada-pretendida, sobre todo, buscada. Un momento, de absoluto disfrute.
Un instante, donde hay juego, donde se desarman muchas de las lógicas de funcionamiento que se encuentran tan comodas por todos lados. No están tan hechas carne siempre. Hay momentos, donde se logran disolver esas pautas de pensamiento y sentir, donde la liberación alcanza a contactar lo distinto, lo trascendente, lo fugaz (un instante, que no se pierde), lo interior.
Algunas, en un sonido, en una caricia, en una montaña. Otras, en un juego. En una pelota.
El verde. Un instante donde florece en sus divergentes formas, jugadas, anecdotas, comidas (no puede faltar), compartir. Cada uno, jugando juntos, disfrutando. Simple. Entendimiento. Aceptación. Simpatía. Lo más nuestro, construyendo, en conjunto. Acompañados.
Coincido. Brindo por tu poesía. Que brilla el verde, que tanto queremos.

Anónimo dijo...

.

Que lindo eso, Nico!

Gracias por compartir!


Esto es concretamente el ida y vuelta, el movimiento.

Y el comienzo!

No pretendía exponer el texto como un cuadro en un museo, donde el espectador pasivo se aleja contemplativo de la obra y aplaude por dentro.

Pretendía entonces, comenzar por desencadenar. Desestabilizar con la vibración de mi inquietud, de mi incomodidad.

El texto aparece y hace ruido dentro de nosotros o no (como cualquier otra cosa), y es ahí donde hay que "ser pa´fuera", y re-afirmar nustra subjetividad con la devolución. Eso es transformar, bardearla.

Vamos a bardearla!

Gracias por esas devoluciones, todas!

(Se aceptan piñas)

No de las dejan moretones, sino de las que duelen de verdad!

Que brille el verde, bien dicho.

Salú

11tiros-libres.

Anónimo dijo...

puta que vale la pena ser del verde!