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Desconozco el parámetro en el que se ha basado el Grupo Clarín para ubicar en la primera posición a Delagorreta Futbol Club y no a suplentes f.c. a pesar de que los dos obtuvieron la misma cantidad de puntos.
Galle: para cualquier reclamo buscate en las Páginas Doradas el teléfono de Ernestina Herrera de Noble. Sino pedíselo a De Angeli o a cualquiera de la Sociedad Rural que lo deben tener en sus agendas.
1_ Matías / Delagorreta Futbol Club 76
2_ Nicolás / suplentes f.c. 76
3_ Gustavo / Renodoce 73
4_ Diego Emiliano / bien diegou FC 69
5_ Santiago / Verde Sarsfield 65
6_ Mauro Andres / es algo verde 57
7_ Bruno Ezequiel / Mala Vida Rnr. 56
8_ Juan Nicolás / Almendras Prismáticas 55
9_ Alejandro / La grieta Fulbo Clu. 53
10_ Lucas / The Lion in the nigh 53
11_ Lucas / Ganya Power 44
12_ Diego / Tregua 40
13_ Matías Roberto / Yapi-Yapo 38
14_ Patricio / Ipiranga FC 37
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El fúlbo´ amater
Postulo que el (deporte) amateur es la representación sana y libre del (deporte) profesional. Que la profesionalización es, en general, el congelamiento de la creatividad, del abrirse camino; siendo el sendero cercado que nos permitirá acomodar esta actividad en la red de relaciones capitalistas, vender nuestra fuerza de trabajo como mercancía para ser contratado y participar en competencias deportivas detrás o bajo una institución o empresa. Aquí el flujo de relaciones del poder-hacer (LIBRE en el deporte), queda trastocado por la relación patrón-empleado del contrato establecido.
La exigencia por el resultado (propia de quien persigue la eficiencia de un emprendimiento en el cual ha invertido) en simetría con la sumisión de quien pende de un contrato y no quiere perder su trabajo concluyen en una relación deforme de poder y sometimiento, con gran trasfondo de intereses que muta -como decía- la disposición competitiva sana del deportista en competitiva violenta.
La exigencia por el resultado (propia de quien persigue la eficiencia de un emprendimiento en el cual ha invertido) en simetría con la sumisión de quien pende de un contrato y no quiere perder su trabajo concluyen en una relación deforme de poder y sometimiento, con gran trasfondo de intereses que muta -como decía- la disposición competitiva sana del deportista en competitiva violenta.
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